Al pasar la barca,
me dijo el barquero:
las niñas bonitas
no pagan dinero.
Al volver la barca
me volvió a decir:
las niñas bonitas
no pagan aquí.
Yo no soy bonita
ni lo quiero ser.
Las niñas bonitas
se echan a perder.
Como soy tan fea
yo lo pagaré.
Arriba la barca
de Santa Isabel