El
calderero de Salamanca
Un calderero muy pobre vivía con su
mujer y sus cuatro hijos, en una humilde
casa de una aldea de Salamanca. En un
rincón de su pequeño huerto, había un
tocón que el calderero utilizaba como
yunque para elaborar sus cacharros.
Una noche, soñó que si iba al puente de
Salamanca encontraría una bolsa de
monedas de oro.
Al día siguiente, se despidió de su
mujer e hijos y emprendió viaje a
Salamanca. Al cabo de dos días llegó a
Salamanca y empezó a buscar por todos
los rincones del puente de piedra.
Durante días, buscó y buscó, sin
hallar nada, hasta caer desfallecido. Al
décimo día, un vendedor que siempre
montaba su tienda ambulante en las
inmediaciones del puente le preguntó
qué hacía allí. Cuando el calderero le
contó su sueño, el vendedor le dijo:
- ¡Estáis loco! Yo sueño todas las
noches con una bolsa de monedas de oro
que está enterrada bajo el tocón del
huerto de un calderero de una aldea de
Salamanca pero no por eso voy a ir a
buscarla.
Volvió el calderero a su casa, cavó
bajo el tocón y allí encontró una
bolsa llena de monedas de oro con la que
vivió sin preocupaciones, con toda su
familia, el resto de su vida
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