El sapito
y la niña
Había una vez, una niña
que se llamaba Sofía que tenía seis (6)
años y a Sofía le gustaban las frutas,
especialmente la Sandía.
A Sofía también le gustaba saltar, y un
sábado salió a saltar mucho fuera de su
casa, cuando regreso a su casa se quedo
dormida y no sintió que llego un sapo a
comerse las frutas, menos la sandia.
Cuando Sofía despertó se sintió
enojada porque ya no podía saborear las
frutas. Sofía siguió las señas del
sapo porque las sobras de las frutas se
le cayeron al suelo, y le señalo al sapo
que debía compartir las frutas.
Sara Guarín
Vargas, Colombia, 5 años
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El sol y
la luna se van a casa
Papá ratón llegó
contando, que el sol y la luna se van a
casar
mamá ratona dijo, que ese matrimonio no
duraría, porque separado el sol de la
luna siempre estaría
abuela ratona dijo, que tendrían como
hijas las estrellas e hijos los cometas y
como padrinos ella quería, fueran los
planetas
el ratoncito mayor dijo, que todos
estaban equivocados, porque el sol se
casaría con una sola y la
luna con un luno, el sol
tendría hijos, pero con tantos, con
noche no quedaría lugar alguno
grillos, sapos, renacuajos, ranas y
búhos, no tendrían mas noches para
cantar y por eso el ratoncito mediano se
puso a llorar
papá ratón llamó a la cordura, pues no
había pareja para ellos, porque no se
conocía ningún otro sol, ni otra luna,
quizás en otra galaxia, pero mas de cien
mil años esa búsqueda dura
y para terminar esta querella, el
ratoncito mas pequeñito sueña, con que
la luna se enamore de una estrella y el
sol de una flor bien bella
Jaime Eduardo
Castellanos Villalba
Cúcuta, Colombia
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Los besos
invisibles del hipopótamo
-voy a poner un ojo en el
sol para verte de día y otro en la luna,
te acompañe a dormir -, dijo doña
Floripia a su hijo Homeraldito, el
hipopótamito
- y yo voy a darte esta cajita con ocho
besos invisibles para tu viaje -,
contestó el niño
- pero si voy a estar quince días por
fuera de casa, no ocho -, afirmó mamá
hipopótama
- yo ya había mandado los quince besos
al cielo, te pusieras uno tan pronto
despertaras cada día, pero papá Dios me
pidió prestado siete, lo que no sé, es
a cuál mamá los regaló afirmó
el hipopotamito
a doña Floripia se le cayó una lágrima,
abrazó su hijo y siete besos y siete
abrazos le dio
entonces, en ese momento, Dios, miles de
bendiciones entregó a los dos
y cada vez que doña Floripia llora, cada
lágrima de tristeza, por una gota de
alegría para su hijo, ella se la cambia
a Dios
Jaime Eduardo
Castellanos Villalba
Cúcuta, Colombia
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La mosca
peluda
Había una vez una mosca
peluda que estaba enamorada de una avispa
calva que vivía en una colonia cerca del
árbol del jardín donde la mosca tenía
su casa.
En una noche de verano, cuando la mosca
estaba muy pero muy dormida, apareció de
la nada Toto el oso, que buscaba mucha
pero mucha miel pues él había visto una
colonia de abejas.
Pero la avispa calva que también quería
mucho a la mosca peluda, y viendo a su
amiga en peligro, fue y le pico al oso
Toto en su pierna.
La mosca viendo ese amor que le tenía la
avispa sintió más amor y busco una flor
para que la avispa se sintiera bien.
Sara Guarín
Vargas, Itagui
Colombia,5 años
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