El cumpleaños de tia Paz
Tía Paz, era una
señora muy mayor que cumplía ochenta y cinco
años, no se había casado nunca y no tenía
hijos. Pero siempre había estado rodeada de
niños, su hermana se había casado y había
tenido once hijos, y estos se había casado y
había tenido otros tanto.
Andrea, llamó a toda su familia, para decirle
que tenían que prepararle una fiesta sorpresa
para su tía.
Lo más pequeños, compraron serpentinas, una
piñata con golosinas sin azúcar.
Elisa y Jaime, habían llevado al cine a la Tía
Paz para entretenerla.
Paz , era una anciana muy moderna, los lunes iba
a clases de piano, los martes a clase de
natación, y los miércoles y jueves tenía su
club de lectura y los viernes los dedicaba a sus
niños como ella los llamaba, este día lo
dedicaba para ser canguro para ellos.
Ya es hora de que la tía, reciba su recompensa,
el día que ella falte todos nos lamentaremos por
no haberle echó esta fiesta sorpresa. Dijo
Desiré
Si, ella siempre me preparó mis fiestas y se
quedó estudiando conmigo cuando mama y papa no
podían, la verdad es que se la merece, dijo
Fernando
Ya en el cine, Paz, estaba tan contenta como
siempre.
¡Qué alegría, estar los tres juntos! para ver
esta película tan divertida.
Ya verás, como te gusta la película y luego
cuando salgamos nos vamos de paseo por ahí, con
mi hermano.
Al cabo de las dos horas, ya salían de la
película, se reían mucho, porque la tía Paz se
sabía toda la vida de los protagonistas, sus
películas, anécdotas y amoríos.
¿Por qué sabes todo esto?
Leo mucho, y además me gusta leer revista del
corazón, si no la vida es muy aburrida.
Claro, tienes razón.
Que os parece si, ahora nos vamos a probarnos
ropa, los tres juntos, dijo la Tía Paz.
Creo que esta vez, será mejor que hoy nos
recojamos pronto. Tengo que corregir mis
exámenes, y pasar las notas.
Vale, pero hoy conduzco yo, ya me han renovado el
carnet y quiero celebrarlo de esta manera.
Tía Paz, se montó como siempre en su coche
fucsia, y ponía su espejo retrovisor en su sitio
mientras levantaba el espejo de arriba ,para
pintarse los labios con su color rosa claro,
mientras sus sobrinos nietos no podían nada más
que sonreír contemplando lo atípica que era su
tía.
Jaime, le dio un toque a su hermano Manuel para
que estuvieran todos preparados.
-Otro año más, otro cumpleaños igual que
siempre, dijo en voz alta.
- Ayer fue el cumpleaños de Tío Felipe, me
contó lo de su fiesta de cumpleaños. ¡Yo
daría lo que fuera por una fiesta!, pero bueno,
no pasa nada, no será para tanto cómo dicen.
- Ahora subiremos a mi casa, quiero invitaros a
algo de beber para celebrar mi cumpleaños.
- No, nos podemos quedar mucho, sólo cinco
minutos y nos vamos.
- Sí, sólo cinco minutos como siempre, sólo
cinco minutos.
Al bajarse del coche, se colocó su falda larga
marrón y su camisa de raso del mismo tonó se
ahueco su pelo cardado teñido de rubio y suspiro
mientras abría como siempre la puerta de su
pequeño piso.
-¡Sorpresa!, gritaron todos
-¡Ahí, Dios mío!, no me lo puedo creer.
-Estáis todos, todos, mis niños.
Todos los pequeños y los grandes, la esperaban
con sus paquetes de regalo, le tiraron el confeti,
mientras ella no paraba de sonreír y emocionarse.
La tía Paz, era muy cariñosa y adoraba a todos
sus sobrinos.
Detrás de la cortina estaba su hermano Felipe,
que tenía casi cien años, que había venido
desde muy lejos para estar con su hermana
pequeña.
Hermanita, ven para acá, que con nuestra hermana
Lola, ya estamos los tres juntitos.
Y se abrazaron los tres juntos, mientras soplaba
la tarta con sus ochenta y tantas velas.
La verdad, es que este es el mejor cumpleaños de
mi vida sin dudarlo.
Escritor MªJosé Rubio Caballero
FIN
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