ESPERANDO
POR UN HÉROE Hancock
no es como el común de los superhéroes,
dice Will Smith, la estrella de la nueva comedia
de acción de Columbia Pictures, Hancock. Smith
dice que lo que lo atrajo de la película es la
oportunidad de llevar a la pantalla una historia
única, Hancock, una película de superhéroes
que amplía las fronteras del género haciendo
énfasis en las emociones humanas. Existe
esta idea de que las películas de
verano son de acción y que las
películas de otoño son de
personajes, explica Smith. ¿Qué
ocurre si coges una historia dramática con
personajes complejos y la sitúas dentro de una
producción con todas las campanas y la
algarabía de una película del 4 de julio? ¿Por
qué no se pueden unir y obtener lo mejor de los
dos mundos?
La manera en que Smith y los realizadores
productores Akiva Goldsman, Michael Mann y
James Lassiter, y el director Peter Berg- se
propusieron lograr esto, fue presentar al
personaje de una forma diferente. La película no
se centraría en cómo Hancock obtuvo sus poderes
o en cómo elige usarlos; sino en Hancock como la
figura universal de un hombre en el medio de su
carrera que odia su trabajo y que quiere dejarlo.
Sus superpoderes, lejos de ser una bendición, le
han dado una actitud que le ha ganado la
antipatía del público, que debería ser su
mayor seguidor.
Existe sólo una persona capaz de
representar esta idea, dice Goldsman.
No puedo llegar a concebir a Hancock sin
Will Smith interpretándolo.
Will estaba encantado de interpretar a un
superhéroe, dice el productor James
Lassiter. Cuando vimos el guión, pensamos
que era la manera perfecta de hacer una película
de este tipo, un héroe irreverente nunca visto
antes. Hancock es un personaje interesante,
excepcional, que rompe el molde.
Con Will Smith a bordo, fue una tarea fácil
convencer a Peter Berg, aclamado por su trabajo
como director de Friday Night Lights y La sombra
del reino (The Kingdom), para dirigir la
película. Will es una de las pocas
estrellas de cine en la que realmente confluyen
una serie de habilidades, continúa Berg.
Tiene talento, no tiene miedo y es
extremadamente honesto. Cuando estos tres
elementos se reúnen, esa persona lo puede
interpretar casi todo, y Will, ciertamente,
¡está dispuesto a intentarlo!.
Para Michael Mann, el resultado es la unión
perfecta entre la estrella y la película. Un
film que entrega lo que el público espera de
Will pero a la vez lo atrapa de manera
sorprendente. Nos propusimos hacer una
película que se moviera entre lo profundo,
gracioso, irreverente, sexy y romántico pero que
a la vez fuera emocionante y maravillosamente
intensa. El poder de Will Smith como actor es su
habilidad de habitar de manera profunda en los
estados de ánimo de este complejo personaje. Él
es el centro de gravedad
concluye
Mann.
Hancock es complicado, dice Smith.
Cada día se despierta enfadado con el
mundo. No recuerda lo que le ha ocurrido y no hay
nadie que le ayude a encontrar las respuestas.
Tiene buenas intenciones, pero tiene problemas a
la hora de conectar con el mundo que tiene a su
alrededor.
Smith asegura que la película tiene sus raíces
en una profunda emoción humana. Hancock es
como un líder del equipo del instituto, que
tiene todo el talento del mundo pero la actitud
equivocada, dice Smith. No se da
cuenta de que la razón de que su equipo no gana
es porque su amor y comprensión por el juego no
están allí, no entiende la belleza del trabajo
en equipo. Ser parte del grupo, interactuar con
los otros, es la idea central del ser humano.
Pero Hancock se encuentra totalmente aislado
hasta que conoce a Ray Embrey, que lo vuelve a
incluir en la sociedad.
Jason Bateman interpreta el papel de Ray, el
ejecutivo de buen corazón del mundo de las
relaciones públicas. Cuando Hancock salva
su vida, Ray quiere devolverle el favor
enseñándole la manera de comportarse
apropiadamente y limpiar su imagen. Pero para Ray,
no se trata de controlar la imagen del héroe,
realmente lo que quiere es enseñar a Hancock a
ser un mejor superhéroe.
He tenido mucho espacio para explorar en
Ray, porque es un alma confiada, agrega
Bateman. Él ve el mundo color de rosa, es
inocente y piensa que detrás de la dura coraza
de Hancock se esconde un interior suave y
manejable, hasta que la relación entre ellos se
complica. Todos estos elementos hacen que
interpretar el personaje de Ray sea muy
gratificante.
Charlize Theron es la nota musical que
encaja a la perfección con Will y Jason
Bateman, dice Goldsman.
Necesitábamos a tres personas, a las que
el público quisiese ver ganar; fue un verdadero
juego de equilibrio.
Por su parte, a Theron le atrajo su personaje por
múltiples razones. Primero, por supuesto, la
oportunidad de volver a trabajar en equipo con
Smith, con quien ya trabajara en La leyenda de
Bagger Vance (The Legend of Bagger Vance).
Will interpreta su papel
maravillosamente, dice Theron.
A Theron también le impresionó el guión, en el
que encontró personajes ricos y convincentes.
Mientras que su marido, Ray, ve únicamente el
superhéroe que Hancock puede ser algún día,
Mary lo ve desde la perspectiva de todos los
demás. Ella está enfadada con el mal
comportamiento de Hancock, que en la superficie,
parece ser totalmente irresponsable y
destructivo, comenta. Ella es
inflexible y no permite que nada desbarate la
vida idílica que ha creado con Ray y su hijo.
Pero cuando Hancock comienza a mostrar signos de
que hay luz al final del túnel y que su
comportamiento está cambiando, y ella continúa
sin aceptarlo, entonces comienzas a preguntarte
¿por qué?
Los realizadores suben la apuesta emocional
sumando al reparto a Jae Head como Aaron, el hijo
menor de Embrey. La estrella de 11 años, trabaja
también en la serie que dirige Berg, Friday
Night Lights, los realizadores vieron a más de
30 jóvenes actores antes de decidirse por Head.
Los actores jóvenes pueden ser
complicados, dice Berg, pero Jae
está intacto y es genuino. Vive en Texas, donde
su padre es el entrenador del instituto y su
madre está siempre con él. Tienes la sensación
de que él está igual de feliz haciendo de
recogepelotas para su padre que en el rodaje con
Will Smith. Es un chico intuitivo que ha pasado
mucho en su vida y que entiende que cada día es
un regalo, tiene una gran actitud. Se involucra
en todo.
Berg utilizó su propia tradición familiar de
comer spaghetti con albóndigas la noche del
domingo para ilustrar el estrecho vínculo que
une a la familia. Todos los jueves por la noche,
los Embreys celebran la noche de la pasta
loca asegurándose de tener una cena
familiar al menos una noche por semana y no
permitir que el trabajo, la escuela u otras
distracciones sienten precedente para no
compartir tiempo en familia.
Comí al menos 20 platos, dice Head,
refiriéndose al rodaje de las cenas familiares.
Estaba tan ansioso de llegar al rodaje que
olvidé de tomar el desayuno esa mañana, así
que al principio estaba encantado de comer. Pero
al final de la jornada, tenía ganas de gritar,
¡no me nombres a los spaghetti nunca más!
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