Hancock
La Pelicula
Notas
de producción
.
ACERCA
DE LOS DOBLES Y LOS EFECTOS VISUALES
El director Peter Berg dependió de un
grupo de experimentados artesanos en lo que a
crear el aspecto de la película se refiere.
Desde el director de fotografía, nominado al
Oscar®, Tobias Schliessler (Dreamgirls); el
diseñador de producción Neil Spisak; el
diseñador de efectos visuales, ganador del
Oscar®, John Dykstra; los coordinadores de
dobles Simon Crane y Wade Eastwood; hasta los
gurús de los efectos especiales,
John Frazier y Jim Schwalm; cada uno de los
departamentos trabajó en colaboración con los
otros.
El proceso global comenzó con Steve Yamamoto,
quien creó las imágenes previas de Berg. Tales
como los guiones gráficos, previz,
previos de montajes que se han convertido en
habituales en las películas de acción, y en
Hancock fue una guía de referencia para que cada
departamento pudiera estar al tanto de las nuevas
ideas.
Schliessler, con quien Berg trabajara en Tesoro
del Amazonas (The Rundown) y Friday Night Lights,
trabajó con los operadores de cámara David
Luckenbach y Lucas Bielan. Una buena porción de
la película se rodó utilizando técnicas
portátiles por las que Berg es bien conocido,
pero con algunas vueltas de tuerca como por
ejemplo: rodar variaciones de la misma secuencia
utilizando la cámara a diferentes alturas y
diferentes lentes.
No quería el mismo efecto de movimiento
con el que trabajé en La sombra del reino (The
Kingdom), explica Berg, por lo que, para
esta película, quería una imagen más estable y
lo logramos con el uso de las grúas y de la
dolly. Esto ayudó a contar la
historia del superhéroe. Un estilo frenético de
movimiento no era útil en este caso.
Para poder rodar todo lo que querían cámara en
mano, Berg y Schliessler pusieron a los
operadores y las cámaras en arneses similares a
los que usó Smith y su doble para mantener el
ritmo de la acción.
Los coordinadores de dobles Simon Crane (que
también dirigió la segunda unidad de la
película) y Wade Eastwood supervisaron los
detalles de las secuencias de vuelo y controlaron
las secuencias de lucha y persecución. Pero,
contrariamente que en la mayoría de películas
de acción, Crane y Eastwood tuvieron que
proponer movimientos poco gráciles
para el personaje principal.
No es como en Superman o Spiderman, donde
teníamos que planificar un aterrizaje bonito y
con estilo para el personaje, dice Eastwood.
Tuvimos que probar y probar hasta llegar al
preciso aterrizaje donde Hancock tropieza o cae
sobre las rodillas y se tiene que impulsar para
poder ponerse en pie, lo que significa que
tuvimos que planificar cada punto en el
cabestrante y el contrapeso y simplemente ensayar
una y otra vez con Will. Había oído que era
atlético y ágil, y lo que dicen es cierto, es
un veterano.
Mi gag favorito es cuando lo hacemos volar
lateralmente, boca abajo, a menos de 5 cm. del
suelo, dice. Fue uno de nuestros
aparejos más sencillos, pero fue muy rápido y
visualmente se ve muy bien. Cuando Hancock vuela
hacia un policía atrapado que se oculta detrás
de un coche patrulla volcado, está volando a una
velocidad de 57 km. por hora, con la cabeza hacia
delante, directo hacia el coche. Necesitamos
utilizar dos juegos diferentes de aparejos para
poder hacerlo pivotar y que pudiera detenerse
justo junto al policía en una posición o bien
sentado o bien de rodillas, y lo teníamos que
hacer todo en una sola toma. A pesar de haber
montado los aparejos la noche anterior, tuvimos
que quitar todo durante el día por el tráfico y
volver a montarlo otra vez y probarlo con bolsas
de peso antes de montar a nadie en los
aparejos.
Smith hizo todo lo que sus cables y arneses le
permitieron. Hubo un par de días que
fueron complicados, ríe Smith. Ir
volando a 30 m. de altura, de noche, sobre la
calle y luego en caída libre hasta que el cable
se tensa a menos de 4 cm. del suelo, todo en
menos de 1 segundo y medio. Esa sí que fue una
caída realmente rápida. Es como estar en una
montaña rusa, pero sin la montaña rusa. ¡Fue
impresionante!
Los actores y los dobles están de acuerdo en que
los diferentes tipos de arneses, constriñen en
los momentos más inoportunos, haciendo muy
difícil, a veces, la tarea de concentrarse en la
actuación, incluso después de varias semanas de
ensayos y prácticas de vuelo, pero ensayar y
mantenerse ágil es la clave para evitar lesiones.
Aunque parezca divertido, todo lleva
planificación y preparación, explica
Crane. Existe mucha presión para que los
dobles lo hagan todo a la primera porque si algo
va mal, no hay otra oportunidad. Es por eso que
probamos y volvemos a probar. Nos lleva mucho
tiempo, pero no queremos que por ningún motivo
nadie salga herido. Yo pondría hasta a mi propio
hijo en uno de nuestros aparejos.
Algunos de los movimientos son
incómodos, cuenta Smith. Incluso
despegar desde un banco pueden darte un susto
porque los cables tiran con tal fuerza que si te
tensas, te puede dar un tirón en el cuello o en
los tendones o ejercer demasiada presión sobre
las rodillas. No te das cuenta hasta que haces un
movimiento un par de veces y de pronto sientes
persistentes molestias en todos lados.
Ensayábamos con Will en un
aparcamiento, relata Crane. Primero
empezábamos despacio, porque era un movimiento
que daba miedo. Will volaba más de 100 metros,
entre 15 y 30 metros sobre el suelo a una
velocidad de más de 80km por hora -cambiando la
posición del cuerpo todo el tiempo- y cuando se
alcanza la velocidad máxima, es cuando la
sensación de vacío sube desde el estómago y
nosotros esperamos que no haya comido
demasiado, se ríe. Siempre les
decimos a los actores que con el tema de los
arneses hay que sufrir. Va a quedar
genial en la pantalla pero es duro y a veces
doloroso.
Ensayamos todo lo que pudimos, para las
tomas nocturnas, en especial antes de que se
hiciera oscuro por completo, cuenta
Eastwood, porque lo más importante es
saber dónde están las líneas, los sistemas de
poleas, mirar que no haya nada que caiga fuera de
la línea y que todo transcurra sin tropiezos y
que todos nuestros sistemas estén acoplados.
Cuando oscurece seguimos controlando en cada
punto con linternas o luces de trabajo, pero
hasta que no sentíamos que la situación era
segura, nunca procedíamos. Algunos aspectos son
más fáciles por la noche porque no hay tráfico,
y casi no hay transeúntes.
La secuencia de dobles con la que empieza la
película fue una de las más difíciles de rodar
y tomó varias semanas en diferentes
localizaciones, además de rodar en plató con
croma para completarla. Es la secuencia donde una
pequeña panda de delicuentes huye de la escena
del crimen en un todoterreno y Hancock los
persigue.
Esta persecución por la autovía fue lo
que nos dio más trabajo y el mayor
desafío, continúa Crane. Además de
cerrar la autovía 105 durante 5 días y de
sufrir la cólera del tráfico desviado, tuvimos
que utilizar cámara en mano para rodar coches
dando vueltas, explotando y montándose unos
encima de otros. Tuvimos innumerables reuniones
con Pete y el departamento de transporte y
trabajamos codo a codo con los departamentos de
efectos visuales y especiales. Creo en que hay
que hacer lo más que se pueda en acción real,
así que el desafío consiste en lograr nuevas
formas de hacer acción de esta manera así como
los efectos.
Los veteranos de los efectos especiales John
Frazier y Jim Schwalm son los que hicieron los
efectos especiales físicos, o bien haciendo las
miles de balas necesarias en un tiroteo, una
explosión, dejando caer un coche desde el cielo,
haciendo volar a uno de los malos a través del
escaparate de una tienda de licores o arrojando
una nevera a través de las paredes de una casa,
su contribución es fundamental en esta receta
que transforma la creatividad imaginativa en
realidad en la gran pantalla.
Los dobles y los efectos especiales fueron
la mitad del proceso, explica Berg,
luego ha estado el diseñador de efectos
visuales, John Dykstra. Dependíamos enteramente
de todos estos tipos trabajando juntos, cámaras,
vestuario y todos los demás.
Conocí a Peter Berg e Ian Bryse y pude
vislumbrar la forma en que la mente de Pete
trabaja, dice Dykstra. Él explicó
que quería que todo pareciera real, no con esa
estilización que la mayoría de las películas
de superhéroes tienen. A falta de otro término,
diría estilo documental: dinámico,
con mucha cámara en mano, que no es lo habitual
en una película tan técnica. Ese fue el
desafío.
A Dykstra le atrajo también la posibilidad de
trabajar con una amplia gama de efectos visuales,
desde el trabajo digital en escenas donde Hancock
vuela, destrucción generada por ordenador y la
creación de escenarios virtuales. De todas
maneras, lo más excitante y desafiante para un
artista de los efectos visuales es la posibilidad
de hacer algo que no se ha hecho antes. Dykstra
explica que esto es parte del territorio en el
que se mueve. Uno de los temas de los
efectos visuales es que la tecnología que se
utiliza al principio de la película, cuando la
terminas, ya está obsoleta, por lo que tienes
que trabajar sobre el supuesto de que vas a ser
capaz de inventar alguna nueva técnica que
levante el listón, concluye.
La escala de los efectos visuales inventados por
el equipo de Sony Pictures Imageworks, encabezado
por Carey Villetas, supervisor de efectos
visuales y por Ken Hahn, supervisor de efectos
digitales, abarcaron desde los detalles más
minuciosos de una avalancha de escombros, el
intrincado movimiento de ropa y piel contra el
viento en vuelo hasta la grandiosidad de la
destrucción de una manzana de edificios vista
desde la distancia y también desde un plano
corto. Los mismos principios aplicados a
construir el entorno fueron utilizados por los
artistas tanto para crear un remolino de un
aparejo cayendo o en la destrucción de un
hospital.
Y aunque esto no debería de planteárselo
ningún espectador, los problemas inherentes al
vestuario de Hancock, tienen más que ver con la
cantidad de cambios que con ninguna tecnología.
Como cualquier persona corriente, se cambia de
ropa todos los días. Hancock no tiene una
identidad secreta que requiera calzarse unas
mallas y una capa cada vez que vuela o persigue a
los malos.
Hancock vuela a 5.500km/h a través de Los
Ángeles en short y camiseta, describe
Dykstra. Hacer que la ropa se mueva de la
manera que tiene que hacerlo es un desafío y
luego hay que trasladar ese tipo de movimiento de
una determinada ropa a otra y que el movimiento
tenga sentido, que sea plausible y que de una
apariencia creíble (que fue la principal
preocupación de Pete), es difícil pero también
es divertido.
Aunque él y su equipo se enfrentaron a estos
desafíos técnicos, Dykstra nunca perdió de
vista que los efectos visuales sirven para contar
una historia y no al contrario. Hancock
utiliza sus poderes a su antojo, continúa
Dykstra, y no todo lo que hace es
espectacular. A veces sus acciones reflejan su
personalidad y la manera en qué piensa o siente
en ese preciso momento. Entonces es cuando
dejamos de pensar tanto en la tecnología e
ingeniería que estamos utilizando y nos
concentramos en cómo hacer que la historia
avance.
Sorprendentemente, ser fiel al arco narrativo de
la historia fue un cambio de ritmo divertido para
los animadores, que nunca habían trabajado con
un superhéroe como Hancock antes. El
estilo de vuelo de Hancock rápido y desgarbado,
contrariamente al suave y gracioso aleteo de la
mayoría de los superhéroes, supuso un desafío
para los animadores, comenta Dykstra.
Hancock simplemente choca contra todo lo
que hay en su camino a la mayor velocidad
posible.
Los cromas aparecían en todas las localizaciones,
incluyendo San Pedro, donde el equipo de
producción utilizó los servicios de los trenes
de carga del puerto para rodar la secuencia en la
que Ray Embrey está al borde de la muerte.
Si ruedas los exteriores de una película
en interiores, eso se ve, explica el
productor de efectos visuales de Imageworks, Josh
R. Jaggars. Rodar los exteriores en sitios
reales, nos da ventajas fotográficas. Por
ejemplo, rodar con luz solar como cuando hicimos
la parte de los vagones de tren cuando Hancock
salva a Ray, le da a la escena un nivel de
credibilidad que es inmutable pero también
supone el desafío de inventar nuevas formas de
hacer las cosas durante el rodaje. |
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