Era tan malo, tan malo que se
daba miedo a sí mismo |
Era tan pequeña, tan
pequeña que en vez de dar a luz daba
chispitas |
Era una casa con un pasillo
tan largo, tan largo que sacaban la sopa
hirviendo en la cocina y llegaba fría al
comedor |
Era tan despistado, tan
despistado que se paso dos horas frente
al espejo pensando de qué le sonaba esa
cara |
Era tan alto, tan alto que no
tenía sien, sino mil |
Era tan gafe, tan gafe que lo
atropelló un coche aparcado |
Era tan feo, tan feo que
cuando exprimía un limón el que hacía
muecas era el limón |
Era un chiste tan malo, tan
malo que pegaba a los chistes más
pequeños |
Era tan gorda, tan gorda que
era mejor saltarla por encima que
rodearla |
Era tan bajo, tan bajo que no
tenía sien sino sincuenta |
Era tan débil, tan débil
que si parpadeaba se caía para atrás |
Era un bebé tan feo, tan feo
que en vez de darle biberón le daban la
espalda |
Era una niña tan gorda, tan
gorda que en clase se sentaba al lado de
todos |
Era tan gorda, tan gorda que
cuando nadaba con bañador blanco y negro,
los de Greenpeace tenían que protegerla
de los balleneros |
Era tan bruto, tan bruto que
no usaba peine sino serrucho |
Era tan bajito, tan bajito
que la cabeza le olía a pies |
Era un niño tan flaco, tan
flaco que, aunque iba al colegio, sus
profesores le ponían falta |
Era tan alto, tan alto que
por las noches se ponía una luz roja
para que los aviones no chocaran con él |