Patito
Feo es una tira diaria que cuenta la
historia de Patricia Castro, apodada
Patito, una nena de 13 años de una gran
dulzura y naturalmente dotada para el
canto.
Patito vive con Carmen, su mamá, en la
ciudad de Bariloche en el sur de
Argentina. Y aunque están las dos solas
en el mundo, tienen una vida armoniosa,
feliz, tranquila. Pero lo único que para
Patito implica una enorme tristeza es el
no saber quién es su padre, secreto que
Carmen guarda celosamente al considerar
su relación con él un equívoco del
pasado.
Cuando comienza nuestra historia, Patito
se enamora a primera vista de Matías, un
chico que está de vacaciones en
Bariloche y que para ella resulta
inalcanzable ya que él vive en Buenos
Aires, la gran ciudad capital que Patito
ni siquiera sueña en llegar a conocer.
Pero para su sorpresa, ella y su mamá
tienen que viajar a Buenos Aires a buscar
los resultados de unos análisis médicos.
Y el destino hace que en Buenos Aires,
ambas encuentren a los que ellas
consideran sus amores
imposibles: Carmen a Leandro, el
amor de su vida y el padre de su hija; y
Patito a Matías, su primer amor y al que
nunca pudo olvidar.
Pero cada relación tiene su impedimento:
Leandro está comprometido y a punto de
casarse con Blanca, una mujer trepadora e
inescrupulosa que montó una gran mentira
para conquistarlo. Blanca cuenta con la
ayuda de dos secuaces: Polo y Dorinha,
quienes actúan como su chofer y su
mucama. Son capaces de cualquier cosa con
tal de que Blanca y Leandro se casen y
así disfrutar los tres de su enorme
fortuna.
Por el lado de Matías está Antonella,
la hija de Blanca. Es linda, engreída,
caprichosa, y es la chica que le gusta a
Matías. Cuando Patito lo vuelve a
encontrar y se entera de esta relación,
asume que no tiene como competir con la
personalidad y belleza de Antonella, o
entender que posee la mejor arma para
pelear por el amor de Matías: su enorme
corazón.
A pesar de que la idea de Carmen es
permanecer apenas una semana en Buenos
Aires, los resultados de los análisis de
Patito no dan bien y las obliga a
quedarse para iniciar un tratamiento. Es
en el hospital en el que van a buscar los
resultados, donde la casualidad hace que
se crucen Carmen y Leandro después de
catorce años de no verse.
Leandro es director de ese hospital y
dueño de una importante y prestigiosa
clínica privada. Ninguno puede creer
este reencuentro y los dos se dan cuenta
no tienen su historia cerrada. En el
hospital le roban todo a Carmen y ahí
está Leandro amoroso, generoso,
dispuesto a ayudar a la mujer que siempre
estuvo en sus recuerdos. Se ocupa
personalmente del tratamiento de Patito y
se involucra cada vez más con ella, sin
saber que es su propia hija.
El reencuentro con Leandro y la hermosa
relación que él tiene con Patito hacen
que Carmen se replantee permanentemente
su secreto y viva al borde de confesar la
verdad. Leandro se acerca cada vez más a
ellas, aunque existen malos entendidos
del pasado que hacen que tanto él como
Carmen estén a la defensiva.
Patito por su parte, empieza a ir al
colegio Pretty Land School of
Arts del que Inés, madre de
Leandro, es la directora.
En el colegio, gracias a la
brillante idea de Chicho, un
falso profesor de música que es
contratado por la escuela, se crean dos
grupos. Ambos compiten en la clase de
comedia musical para representar al
colegio en un certamen intercolegial.
Así, por un lado se enfrentan Las
Divinas, lideradas por Antonella, contra
Las Populares, el grupo al que pertenece
Patito. Ambos grupos están integrados
por chicos y chicas todos muy distintos
entre sí, lo que nos permite indagar en
el universo de los preadolescentes con
todas sus variantes. Las canciones y
coreografías aportan la cuota de
alegría y emociones fundamentales para
atrapar a los espectadores.
Todos querrán saber si Patito, al final,
logra cumplir sus sueños: conocer a su
papá, ser una cantante famosa, enamorar
a Matías
. ¡Ser felices y comer
perdices!.
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