Encontró un lobo a una
cabra que pastaba a la orilla de un
precipicio. Como no podía llegar a donde
estaba ella le dijo: --
Oye amiga, mejor baja pues ahí te puedes
caer. Además, mira este prado donde
estoy yo, está bien verde y crecido.
Pero la cabra le dijo:
-- Bien sé que no me
invitas a comer a mí, sino a tí mismo,
siendo yo tu plato.
Conoce siempre a los malvados,
para que no te atrapen con sus engaños.
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