El
satélite natural de la Tierra, la
Luna,
tiene 3,456 km de diámetro, más de una cuarta
parte de la Tierra. Por su menor tamaño, la
gravedad en la Luna es una sexta parte de la
gravedad de la Tierra, como todos los terrícolas
pudimos ver demostrado en los grandes saltos que
daban los astronautas de Apolo.
En este satélite hay muchos elementos muy
interesantes de la superficie, como cráteres y
montañas. La estructura del interior de la Luna
es más difícil de estudiar pues la capa
superior es de roca sólida y probablemente de
800 km de ancho. Después de esta capa hay una
zona parcialmente líquida. Aunque no se sabe con
certeza muchos geólogos lunares piensan que la
Luna debe tener un núcleo de hierro, aunque no
tiene campo magnético.
Las fotos que nos dejaron los astronautas del
Apolo van a servir por siglos porque al no haber
viento el paisaje no cambia. La Luna no tiene
atmósfera, así que no tiene cambios de clima y
su temperatura es muy extrema, va de los 100° C
en el día a los -173° C en la noche.
La Luna no tiene luz propia, pero parece luminosa
porque refleja la luz del Sol. Piensa en el Sol
como un foco y en la Luna como un espejo que
refleja la luz del foco. Las fases lunares
cambian mientras la Luna orbita la Tierra y
diferentes partes de la Luna quedan iluminadas
por el Sol.
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