El bueno de Fred (James Marsden), lleva una vida de lo más patética: no le basta con no hacer absolutamente nada, sino que no tiene ninguna intención de cambiar. Pero accidentalmente, y por capricho del destino, hiere al Conejito de Pascuas (Russell Brand). Circunstancia ésta que le lleva a tener que acogerlo en su propia casa hasta que se recupere y pueda de esta forma, continuar con su importante labor para el Mundo.

Será entonces cuando ambos personajes, acostumbrados a vivir en soledad y según sus propias reglas, tengan que aprender a convivir, madurar y lo que es más importante, compartir con los demás.